Miramar de Ansenuza: alarma por el posible desalojo del histórico Hotel Viena

La posibilidad de un desalojo reactivó un conflicto judicial que lleva décadas y que se vincula con el reclamo iniciado por los herederos del empresario alemán Max Emilio Germán Pahlke, quien mandó a construir el hotel en la década de 1940. Su nieto, Max Pahlke, mantiene una batalla legal para recuperar el inmueble y avanzar en un proyecto de reapertura. En reiteradas entrevistas, negó cualquier vinculación del hotel con el nacionalsocialismo alemán, tema que suele aparecer en relatos turísticos y populares de la región.

El debate central es determinar qué tipo de relación ejerció la Municipalidad de Miramar sobre el edificio durante los últimos 47 años. Wandorf Company S.A. sostiene que es propietaria desde 1964 y que el Municipio ingresó al hotel después de la inundación de 1977 únicamente para preservarlo, en carácter de simple tenedor. Afirman que la posterior explotación turística se realizó sin autorización, configurando una ocupación ilegítima. Por el contrario, la Municipalidad asegura que desde 1988 posee el inmueble de forma pública, pacífica e ininterrumpida, con trabajos de mantenimiento, prestación de servicios, inversiones y la declaración del hotel como Patrimonio Histórico Cultural. Además, en 2010 inició un proceso de usucapión, reivindicando derechos de propiedad.

En primera instancia, el Juzgado de Morteros rechazó la demanda de desalojo al considerar que el Municipio actuaba como poseedor y no como un ocupante desalojable. La parte actora apeló la resolución, argumentando que nadie puede modificar por sí mismo la causa de su ocupación. La definición final está ahora en manos de los vocales de la Cámara, Mario Claudio Perrachione, Analía Griboff de Imahorn y Horacio Enrique Vanzetti, quienes deberán analizar el conjunto de pruebas y resolver si la Municipalidad debe abandonar el inmueble.

El Gran Hotel Viena es el único gran edificio que sobrevivió a las inundaciones que marcaron la historia de Miramar y es hoy un atractivo turístico y cultural de enorme valor. La posibilidad de desalojo generó preocupación inmediata entre vecinos y organizaciones civiles, que temen que el edificio quede sin uso, se deteriore o, en el peor escenario, sea demolido. Desde distintos sectores de la comunidad se multiplicaron las expresiones de alerta y pedidos para resguardar el patrimonio.

La Asociación Civil Amigos del Gran Hotel Viena manifestó su inquietud por el futuro del museo que funciona allí, considerado el más importante de Miramar de Ansenuza. Señalaron que se desconoce si el edificio podría ser demolido o quedar abandonado, lo que pondría en grave riesgo su preservación. El museo es valorado como un símbolo de resistencia y el único vestigio que sobrevivió a las históricas inundaciones que transformaron la localidad. Su importancia cultural y su legado histórico son considerados irremplazables.

Mientras se espera el fallo definitivo de la Cámara, vecinos, instituciones y organizaciones culturales llaman a proteger el edificio y a garantizar la continuidad del museo. La comunidad exige conocer cuál será el destino del inmueble y reclama medidas urgentes para evitar su deterioro. “¿Qué futuro le espera al Gran Hotel Viena?”, expresan en sus manifiestos, acompañando el pedido con un contundente “No al desalojo”.

La decisión judicial que se emitirá en los próximos días podría marcar un precedente fundamental para el destino del histórico hotel, que durante más de 80 años alimentó historias, leyendas y parte esencial del acervo cultural de Miramar de Ansenuza.